sábado, 2 de febrero de 2008

EL SALUDO HAWAIANO

Recientemente recibí una carta de la tía Gertrudis.
Esta decía:

El sábado pasado fui a una librería cristiana y vi
una calcomanía que decía:

¡"Suene su claxon si ama a Jesús."!

Me sentía un poco deprimida porque acababa de
asistir a una presentación de nuestro coro que fue
espantosa, así que compré la calcomanía y la pegué
en la defensa de mi coche. Oh! me puse tan contenta
de haberlo hecho, porque después de eso tuve una
experiencia inolvidable.....

Al parar en una luz roja de una intersección muy
transitada, empecé a pensar en el Señor y en lo
bueno que es. No me di cuenta cuando la luz cambió.

Es bueno saber que alguien más ama a Jesús porque de
no haber sonado su claxon, nunca hubiera visto que
la luz estaba verde.!!!

Pude darme cuenta de que mucha gente ama al Señor
porque cuando estaba por arrancar, una persona
empezó a sonar su claxon como loco y bajó su
ventana y grito, "por el amor de Dios"......!

Todos empezaron a sonar sus cláxones. Saqué mi cabeza
por la ventana y empecé con mi mano a saludar y a
sonreír a toda esa hermosa gente. Hasta soné mi
claxon unas cuantas veces para compartir aquella
demostración de amor!

Creo que había un hombre de Florida allí atrás
porque lo oí gritar y decir algo sobre una "Sunny of
the beach"......

Vi a otro hombre saludándome de una manera muy
chistosa, tan solo con el dedo de en medio. Mi hijo
venía en el asiento de atrás y le pregunté que
quería decir eso y me dijo que tal vez era un saludo
hawaiano para desear buena suerte o algo así.
Le creí pues yo nunca antes conocí a alguien de
Hawai.

Una vez más me asomé por la ventana y le devolví a
aquella persona el saludo de la buena suerte.

Mi hijo se echo a reír, hasta él estaba disfrutando
de aquella experiencia religiosa.

Algunas personas estaban tan llenas de regocijo que
bajaron de sus coches y se enfilaron hacia mi. Estoy
segura que ellos querían orar conmigo o tal vez
preguntarme a cual iglesia asistía, fue en ese
instante que me di cuenta que la luz había cambiado
a verde nuevamente.

Les dije adiós a todos mis hermanos y conduje mi
auto a través de la intersección.

Me di cuenta que solo yo había logrado pasar, ya que
la luz cambio en ese instante a rojo y me sentí un
poco triste de tener que dejar a todos atrás después
del hermoso amor que compartimos. Así que paré mi
coche y asomándome por la ventana con mis dos manos,
le envíe a todos el saludo; hawaiano de la buena suerte.

Oh! que grande es el Señor por tener tan bellos seguidores...

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