martes, 14 de abril de 2009

chistes calientes...

La Maquina de escribir
Le dice un día el papá de Pepito a su esposa: Vieja vamos a chimar. Entonces la esposa le dice: Cálmate, que este niño ya sabe lo que queremos decir con ese vocabulario, mejor no digas así, cuando quieras que hagamos eso dime: Vieja préstame la máquina de escribir para hacer una carta, a lo que el esposo estaría de acuerdo. A los días el papá de Pepito le dice: Pepito dile a tu mamá que me preste la maquina de escribir para hacer una carta. Entonces Pepito, va donde su mamá y le da el mensaje de su padre, pero la mamá le contestó: No Pepito, dile a tu papá que la máquina de escribir está descompuesta y que sólo tiene tinta roja, así que Pepito fue donde su papá y le dio el mensaje. A los días la mamá llamó al jovencito y le dijo: Pepito, ve a decirle a tu padre que ya puede utilizar la máquina de escribir para hacer la carta. El niño fue donde su papá y le dijo que ya podía utilizar la máquina de escribir, entonces el papá le contesto: ¡Dile a tu mamá que ya la hice a mano!

El tequila y la Mujer
Estaba una joven en un bar y se le acerca un mesero a ofrecerle mas
tequila:
- Señorita, gusta otra copa de tequila?
- no gracias, me hace daño para las piernas.
- se le entumen?
- no, se me abren!!

Padre e hijo!!!
En una ocasión estaba San Pedro de vacaciones y le toco a Jesús atender la entrada al cielo. En eso llega un hombre de edad avanzada a querer pasar, entonces Jesús toma su lista y le pregunta:
-¿Cómo te llamas?
El viejito se queda pensando pero no se acuerda.
Jesús le pregunta:
-algo de lo que se acuerde
El viejito le dice, yo solo me acuerdo que era carpintero y mi hijo era muy famoso.
Jesús se emociona y le da un fuerte abrazo exclamando:
-padre
el viejito se emociona también y le dice:
-¡Pinocho!

La foto!!!
Cierta ocasión un gallego se encontró un espejo en el suelo y entonces dijo ¿A este tipo yo lo conozco? Se lo guardo en el bolsillo y repetidamente se decía lo mismo pensando que era una foto. Llega a su casa y estando en la mitad del almuerzo con su familia saca su espejo y vuelve a pensar lo mismo. La esposa desconcertada por lo que tenía en sus manos le pregunta ¿Qué pasa mi amor, que tienes en tus manos? y el le responde que nada, que no es nada.

La esposa queda con la duda y decide a media noche buscar con todos sus cabellos desarreglados, va a buscar el pantalón, saca del bolsillo lo que tenía guardado su esposo, y oh que sorpresa dice ella: ¡Ah una amante y hasta cara de puta tiene la desgraciada!

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