jueves, 23 de octubre de 2008

El "Amero", moneda común para EUA, Canada y México




La idea de una moneda común para América del Norte, que gradualmente podría extenderse a los países más al sur del continente, contra lo que pudiera pensarse, no es algo nuevo.

La noticia que está llamando la atención de todos los medios a nivel internacional, y sobre todo los que están dentro de la zona de influencia de los tres países que conforman el Tratado de Libre Comercio para América del Norte (Tlcan), de implantar una única moneda para las tres naciones, en realidad es sólo el eco de la supuesta intención, relativamente añeja, de diversos organismos e instituciones de los países interesados.

Al respecto han surgido principalmente dos posiciones hasta cierto punto antagónicas: la de personas con una visión catastrofista o hasta apocalíptica, que ven inviable la propuesta y que aun así, de llevarse a cabo, consideran que sería una completa irresponsabilidad por parte de los gobiernos de México, EU y Canadá si no toman en cuenta a la sociedad, que finalmente es la que sufre las consecuencias de decisiones cupulares mal tomadas y, por el contrario, si hay un beneficio, éste escasamente se ve reflejado en las mayorías.

El reverso de la medalla lo constituyen aquéllos llamados conspiracionistas, término que se aplica a quienes ven moros con tranchete en cualquier acción, especialmente si se trata de imposiciones de los grupos en el poder. Éstos han denunciado lo que creen lleva años cocinándose en las altas esferas de los tres gobiernos con suma cautela, cuidándose de dar a conocer cualquier detalle que pueda dar al traste con sus "conspiraciones".

Pero eso ya es historia, ahora que Hal Turner, el iluminado periodista de radio por Internet que sacó a colación el tema, ha sacado a la luz pública lo que en realidad ya se mencionaba desde hace tiempo. La atención desproporcionada al ruido ocasionado por éste con su gran noticia es algo que se deja al análisis de los expertos.

El hasta hoy hipotético proyecto, según se indica en Wikipedia, sería una extensión natural del Tratado de Libre Comercio para América del Norte (Tlcan) y de la Alianza para la Seguridad y la Prosperidad de América del Norte (Aspan).

Hasta ahora, como era de esperarse, ninguno de los gobiernos involucrados ha emitido algún comunicado oficial desmintiendo o bien reafirmando la información en tal sentido.

Los primeros rumores sobre este proyecto se remontan hasta el año de 1999, precisamente recién instaurado el euro en la Unión Europea, cuando Herbert G. Grubbel, un estudiante del Instituto Fraser de Canadá, publicó un libro llamado "El caso del amero". Pronto fue secundado por el Instituto C. D. Howe, también canadiense, que igualmente aboga por la creación de una moneda común para América del Norte.

Por parte de México, según se menciona en Wikipedia, las negociaciones se llevan a cabo desde hace tiempo por parte del Centro de Investigación para el Desarrollo, A.C. (Cidac), que ha relanzado por su parte el libro dedicado al tema, obra del mencionado Herbert G. Grubbel, ahora profesor emérito del Instituto Fraser, y que fue adaptado y actualizado por el economista mexicano Manuel Suárez Mier.

En realidad el tema ha estado en debate desde hace muchos años, y no sólo en el caso de las naciones que forman parte del Tlcan, sino también en Sudamérica, cuyos países tienen contemplada como una meta a largo plazo su unión en un solo bloque comercial, igualmente con una sola moneda, llamado Unasur, (Unión de Naciones de América del Sur), una organización supranacional que abarca todas las naciones sudamericanas y que tomó como modelo precisamente a la Unión Europea.

Pero esta medida, en el caso del llamado amero, que entre algunos resulta bastante popular, como en la provincia de Québec, Canadá, con población que en su mayoría habla el francés, donde según una encuesta más del 50% de la población se mostró a favor de la idea, no goza de demasiada aceptación en la población angloparlante de ese país, que muestra más bien rechazo a la medida.

Y no se diga de la posición oficial de los gobiernos de los tres países que, aunque por distintas causas, se muestran reacios a un cambio económico de esa naturaleza.

El gobierno de Estados Unidos, que representa fielmente la manera práctica de pensar de los gringos, no ve ningún beneficio para ellos con la creación del amero. "Una moneda norteamericana común significaría indudablemente para Canadá la adopción del dólar y la política monetaria estadounidenses. Canadá tendría que entregar su control sobre la inflación y las tasas de interés domésticos", concluyen funcionarios financieros. No se diga para México.

En cuanto a los gobiernos de Canadá y México, de entrada la idea les causa cierta repulsa por el natural recelo hacia las inveteradas tendencias imperialistas de nuestros vecinos. Los primeros ven en ese proyecto a futuro una dominación absoluta de Estados Unidos en tal unión. Su argumento, digno de tomar en cuenta, es que, a diferencia de los países que conforman la Unión Europea, donde no es muy marcada la diferencia de sus economías y que en dado caso sería el ejemplo a seguir, Estados Unidos tiene una economía mayor que México y Canadá em conjunto.

Sea como fuere, este proyecto ha levantado ámpula en distintos sectores. Tan es así que ha merecido espacios en varios medios prestigiados. De esta manera, Lou Dobbs, reportero y comentarista de CNN, ha postulado que la formación de una Unión Norteamericana está de hecho tratándose en México sin el conocimiento y el consentimiento de la mayoría de la gente que sería afectada por esto.

Por su parte el presidente del Caucus Conservador en Estados Unidos, Howard Phillips, el columnista del WND y autor Jerome Corsi y el activista Phyllis Schlafly, entre otros, han formado una coalición en contra del amero. El 22 de enero del 2007, los legisladores republicanos Virgil Goode, de Virginia, Tom Tancredo, de Colorado, bastante conocido por los mexicanos, Walter Jones, de Carolina del Norte y Ron Paul, de Texas, estaban entre los 43 legisladores federales que introdujeron la H. CON. RES. 40, una resolución que expresaba:

"El sentido del Congreso es que los Estados Unidos no deben comprometerse por la construcción de un Sistema de Supercarretera del Sistema de Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Tlcan), o entrar en una Unión de América del Norte (UAN) con México o Canadá."


Así pues, si tales personajes se toman la molestia de pronunciarse en tal sentido, todo indica que la implementación de una moneda única para América del Norte es un tema que después de todo para algunos no es tan descabellado y que en realidad está ocupando por lo menos una parte de la agenda de miembros del gobierno de los tres países, así como de algunos de los medios más influyentes.

Nota tomada de: http://www.omnia.com.mx


Video de Hal Turner hablando y mostrando el "Amero"

1 comentarios:

Carlos Gustavo dijo...

¿Tienes alguna idea de qué tamaño tendría que ser un barco para cargar 800,000,000,000 de ameros, aunque sea en billetes de 1,000?