viernes, 14 de diciembre de 2007

Sexo durante la menstruación???



A finales del siglo XX, diversas investigaciones demostraron que mantener relaciones sexuales durante el periodo, es decir, durante la menstruación, era bueno y saludable. Probaron que no había motivo alguno más allá de los sentimientos individuales para no practicar el sexo durante la menstruación.
Más bien, la mezcla de ideas y creencias ha dado origen a tabúes y mitos sobre la sexualidad, uno de ellos es precisamente el que se ha producido alrededor de las relaciones coitales durante la menstruación. En culturas primitivas se decía que si un hombre poseía a una mujer que estaba menstruando, eso le producía impotencia o daña al hombre, lo cual es una falacia.

El tabú de la sangre menstrual es algo muy difundido en casi todas las civilizaciones y desde tiempos remotos. Hay innumerables ritos y ceremonias alrededor de los días de regla; severas restricciones y gran cantidad de leyendas sobre los efectos perniciosos que produce en los varones y en el entorno una mujer que está menstruando.

Simone de Beauvoir (1990), en su excelente libro "El segundo sexo" da una lista variada y amplia sobre el tema. Cita como creencias en relación con la regla o menstruación (deriva de mensual):

- Paraliza las actividades sociales
- Marchita las flores
- Hace caer las frutas
- La sangre menstrual es utilizada en los bebedizos, "gualichos" y filtros de amor para enlazar al esquivo amado
- Sus emanaciones ahuyentan monstruos y espíritus
- Arruina las cosechas y devasta los jardines
- Mata los gérmenes y las abejas
- Avinagra el vino
- Agria la leche y las cremas
- Corta la mayonesa
- Ennegrece el azúcar
- Impide la fermentación de la sidra
- Posee poderes maléficos
- Debilita al varón

De todas estas leyendas, muchas de las cuales aún hoy tienen vigencia, se desprende que estas construcciones masculinas evidencian un profundo terror ante la sangre que emana de los genitales femeninos, mostrando los miedos del varón ante los misterios que conlleva la condición femenina. De allí que, en muchas religiones, los tabúes menstruales sean tan severos.

El Levítico, por ejemplo, dice: "la mujer con flujo de sangre permanece 7 días en su impureza. Quien la toque será impuro hasta la noche". Y obliga a las mujeres a someterse a baños purificadores cada vez que dejan de menstruar. En otras sociedades, se las recluía o exponía sobre el techo de las casas, o eran enviadas fuera del pueblo, y se les impedía tocar alimentos con las manos.

¿Qué es lo que queda de estos mitos hoy en día? Pues mucho, ya que la gran desinformación que la población en general tiene sobre sexualidad y reproducción continúa dando vida a historias como las anteriores.

Décadas atrás, era bastante común que las madres nada dijeran a sus hijas sobre la llegada de la menarca (aparición de la primer menstruación), otras les explicaban con conceptos erróneos, oscuros y equívocos y, para muchas de ellas, se configuraba un hecho traumático, vergozante e intimidante.

"no te hagas problemas nena, que es una pequeña herida"
"estás lastimada"
"se te va a ir en unos días"
"es una enfermedad pasajera"
"ya te hiciste señorita"
"de eso no te vas a morir, no te quejes"
"de estas cosas no se habla"

Entre los tabúes que circulan, el más riguroso es el de la prohibición de todo contacto sexual. La Biblia condena "a ser extirpado de entre su pueblo" tanto al varón como a la mujer que violen la prohibición. Las leyes de Manú son más severas aún: "la sabiduría, la energía, la fuerza, la vitalidad de un hombre que se acerca a una mujer mancillada por las excrecencias menstruales perecen para siempre".

Beauvoir (1990), agrega que "al hombre le repugna encontrar en la mujer a quien posee la temida esencia de la madre, y por eso se aleja sexualmente cuando ésta se dedica a su papel reproductor: durante las reglas, cuando está embarazada y cuando amamanta (...) la mujer impúber no encierra ninguna amenaza pero se vuelve impura desde que es capaz de engendrar".

Desde el punto de vista médico, algunos sostienen que, realizar la penetración vaginal, podría producir inflamaciones en la uretra del varón; otros sostienen que puede acarrear infecciones uterinas, debido a que cuando entra el semen arrastra bacterias que, al ascender y aprovechando que el cuello del útero está entreabierto, producirían infecciones del endometrio.

Lo cierto es que estas infecciones son poco frecuentes y, cuando aparecen, son benignas, salvo que el varón tenga una blenorragia, SIDA o una infección inespecífica seria, pero este es un hecho que contraindica las relaciones sin profiláctico en todos los casos.

La afirmación de algunos varones respecto a que “hay 24 días hábiles para hacerlo sin sangre", se contrapone con el deseo de algunas mujeres de querer tener sexo y sentirse aceptadas y queridas en "esos días", durante los cuales, por otro lado, pueden estar relativamente tranquilas, sobre todo las jóvenes, del temor a embarazarse. Es algo muy poco agradable sentirse rechazada por algo propio de la condición femenina y que, de ser algo digno de orgullo, pasa a ser motivo de desprecio por parte de los varones.

Es cierto también que muchas mujeres viven con malestares de todo tipo los días previos a su menstruación (el síndrome de tensión premenstrual o PMS) y los primeros días del sangrado. La fitomedicina (medicina herbaria) utiliza distintos elementos como el dong quai y el agnus castus para aliviar estos síntomas desagradables. De allí que esa frase peyorativa de "estar con la regla" (como sinónimo de mal humor) tiene su sostén en los cambios hormonales abruptos que se producen con su llegada periódica. En algunos casos con síntomas emocionales severos (trastorno disfórico premenstrual) hay que medicarlas con antidepresivos de última generación.

No merece mayores comentarios eso de afirmar que "el período calma el deseo sexual"; muy por el contrario, a veces lo aumenta: no es un símil del orgasmo ni lo reemplaza.

La menstruación se debe a que, cuando no se produce un embarazo, cae el nivel de hormonas, y la capa interna del útero se descama produciendo un sangrado de los vasos. Cuando las hormonas vuelven a subir su tenor en sangre, el endometrio (capa interna del útero) se recompone para estar receptivo a una nueva y posible anidación.

Por último, si a uno o ambos miembros de la pareja no les agrada el contacto genital durante el sangrado, eso no les impide cualquier otro tipo de juego o variante coital; bien podrían, aprovechando la ocasión, dejar paso a la imaginación y a la creatividad.

Reportaje enviado por Mariana

1 comentarios:

Nuestra Salud dijo...

Dong Quai, una de las más importantes hierbas en la medicina China, ha sido usada como remedio natural para regular el ciclo menstrual. Dong Quai ha sido utilizado por siglos para balancear las hormonas femeninas y para prevenir los síntomas molestos de la menopausia y del sindrome pre-menstrual (PMS). La investigación clínica ha indicado que Dong Quai también contiene compuestos antiespamódicos que ayudan a relajar el tejido muscular, explicando su eficacia en tratar los calambres menstruales.