Explotan y dañan los hornos crematorios. Las familias obligadas
a pagar por operar el cadáver antes de ser incinerado.

«Es un problema del que ya se está hablando mucho en todas las conferencias internacionales del gremio de los funerarios. Lo que ocurre es que la silicona comienza a hervir debido al calor y al final la presión hace que explote» explica el profesor Peter Bjerring, jefe médico del hospital danés de Mølholm en los medios daneses. Pero como la silicona no se quema porque necesita temperaturas extremadamente altas, se queda pegada como una pegajosa capa en el interior de los hornos crematorios. Esta capa se va haciendo más gruesa con el tiempo y no sólo provoca el mal funcionamiento sino la destrucción del costoso aparato.
En Inglaterra ya se ha prohibido la incineración de cuerpos que contengan implantes de silicona y, a no ser que tengan un permiso especial, los herederos o familiares de la difunta tiene que pagar por la operación de retirada de los implantes o responder económicamente de los daños causados en el horno.
En otros países ya se están estudiando tomar medidas similares porque los crematorios son un servicio público financiado con los impuestos de los contribuyentes. La sociedad no tiene que pagar por los deperfectos que pueda ocasionar la difunta en su último viaje. «Todo lo que entra en un horno crematorio debe arder y los implantes de silicona no lo hacen. Sin embargo, antes de tomar medidas quedan todavía muchas cuestiones éticas por resolver» dijo Tom Olsen, presidente de la asociación danesa de servicios funerarios.
El reciclado de las prótesis.
Por otra parte, cada vez hay mas personas que llevan en su cuerpo implantes metálicos como rótulas, tornillos, placas y hasta caderas completas. La mayoría de estas piezas están hechas de titanio, un metal muy caro de conseguir. Así que a la muerte del portador hay que pensar en los demás y aprovechar todo como se hace con el cerdo. Como el metal no se destruye ni arde en el horno, estos restos terminan siendo separados de las cenizas y amontonados como chatarra para su reciclaje.
Es una empresa holandesa la que se dedica a recogida de estas prótesis metálicas que se apilan en los crematorios de toda Europa. No pagan mucho por esta chatarra ya que los costes de recogida son muy altos, pero el metal así obtenido se funde de nuevo y sirve para fabricar nuevas prótesis que volverán a ser implantadas a las personas necesitadas. Una operación que puede tener un aire un tanto macabro, pero está ahorrando mucho dinero a la sanidad pública de muchos países.
Tomado de: jmnoticias
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